T-10. Tanto el tiempo como la eternidad se encuentran en tu mente, y estarán en conflicto hasta que percibas el tiempo exclusivamente como un medio para recuperar la eternidad.
Cuando leí esto por primera vez me quede impactado, fue como una especie de regaño dulce, porque los primeros años en "esta vida", trate de hacer lo que quise del mundo y de lo que estaba a mi alcance para "ser feliz", y ahora en esa búsqueda externa insuficiente, nace la necesidad de ese "algo más" que pueda darme verdaderamente la dicha que estoy buscando, después de navegar incertidumbres y lleno de miedos, buscas paz y valoras más esa paz que nada más, sin embargo, la vida en "un cuerpo" exige atenciones, otros cuerpos también piden atención, y es donde el cambio de maestro nos puede ayudar, a no rendirse y a ver que hay una herramienta para dejar de culparnos, dejar de sufrir, dejar de lamentarse y dejar de ser víctima. El camino ha comenzado a dar una pequeña luz, la mente se ha aquietado y los chillidos estridentes han dejado de tormenta.
La ansiedad y el miedo han desaparecido, y cada ejercicio del libro de ejercicios ha colmado mi mente de paz, las pesadillas nocturnas que acompañan el mirar la negrura de la mente, las "sombras".
Ahora se para que sirve el tiempo, ahora sé que debo hacer un uso correcto de él, que si hay propósito y es un propósito elevado. Mi maestro me ha regalado instrucciones precisas, las cuales trato de leer, escuchar, y entender. Estoy aprendiendo a preguntar, antes de responder, estoy poniendo en práctica algunos de mis ejercicios favoritos en mis relaciones especiales, "si me defiendo he sido atacado" dicta mi nueva voz interior cada que recibo un llamamiento a las armas por mi compañera de viaje, "puedo ver paz en lugar de esto" en cada llanto del pequeño de 4 años que ronda por la casa y "no soy un cuerpo, soy libre, pues soy tal como Dios me creo" me acompaña cada que me acuesto por las noches y me levanto por las mañanas, maniobrando entre el trabajo, mi nuevo hobby de escritura y la "autobservación" que estoy practicando con Jesús en mi "vida diaria", mis videos de Ken Wapnick, mis lecturas y todas las herramientas que he descubierto recientemente, me han dado paz.
Un sueño cambiante, en el que he descubierto el verdadero propósito, alejarme de la culpa, acercarme a los milagros y ver mis aulas, para subir al elevador celestial, dejar este sueño fútil, un deseo individual que es cambiante, todos luchando una batalla, con enemigos imaginarios que padecen del mismo dolor.
El hijo de Dios es inocente, en compañía del espíritu santo he de cambiar mi percepción, he de demostrar fielmente que este curso funciona y he de descubrir la identidad verdadera, cubierta por tantas etiquetas que compre en el pasado y que ya fueron suficientes, ahora el aula me espera y de mano de Jesús, estoy en el camino.
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